Y sí…, hubo una vez… sobre el ala de los tiempos... en que se unieron
los cielos y la tierra, los dioses, semidioses y todo su cortejo en asamblea,
para hacer cumplir un pedido y exigiendo ante ellos la presencia de todas las
musas y ninfas del universo…
Calíope, la de la bella voz, apresurando su llegada, pues no tenía
intenciones de perderse el evento, ya que pretendía aprovechar la oportunidad
para ejecutar su mejor canto narrativo. Clío, la dama que celebra, consideró un
lápiz, a tomar dictado para la posteridad. Erato, la amorosa, vistiendo sus
mejores besos, se presentó ilusionada. Euterpe, deleitada ante la solemnidad de
tal reunión, acudió pronta, soplando las notas más hermosas, con su dorada
flauta. Melpómene, musa de la tragedia, asustada y presagiando un terrible
final, para ella y sus hermanas, no pudo negarse al pedido, pues a nadie temía
más que a Zeus, ni a la muerte. Polimnia, entonó su mejor himno como equipaje.
Talía, musa de la comedia, prendía cascabeles al vestido. Terpsícore, imaginaba
alguna olimpiada entre los dioses y preparó su mejor danza de animación.
Urania, se vistió de añil, no sin antes estudiar los astros y hacer sus
respectivos apuntes, por si eran requeridos. Y todas se presentaron en la sala
principal del Olimpo inclinando reverentes sus doradas cabezas y abanicando
levemente el vestido.
Y habló Hera, como portavoz de Zeus y en nombre de todos los dioses: -
Las hicimos llamar por motivos muy serios…, el hombre ha perdido su
ingenuidad…-
Y todos exclamaban, susurrando asombro ante tal declaración.
Continúo agregando: - Sí, todos pretenden ser semidioses, dueños del
mundo, esquematizando y reestructurando la palabra, doblegándola al puro
racionalismo, se han olvidado de la candidez, el amor, los sueños, los
unicornios, los duendecillos, los lazarillos, el vuelo del fénix, el amor de
Quasimodo, de los ángeles protectores, de las vírgenes piadosas, de nosotros
los dioses….. Estamos siendo vedados por la realidad y condenados a expirar en
el silencio, desaparece la poesía…..!!! -
Talía, estallando en carcajada, y con su gracia para encontrar humor
aun en la afrenta, agregó: - ha de ser una broma…. El hombre se niega
rotundamente a que mueran los sueños, parece un mal chiste de algún cuentista.
-
Y Hera, en actitud de enojo, le replicó: - Crees tú que los dioses
somos tarados......, niña, de hacerlas traer con tal urgencia si no existieran
pruebas del agravio, nos urge de su ayuda para dispersar el mal que nos
amenaza…!!! -
Melpómene, aterrada y con cara de espanto estalló en llanto: - Es el
final, es el final, moriremos todossssssssssss…. (Bis) -
- Orden, aquí nadie morirá, a dejar la estupidez a un lado – Con voz
de rayo, marcaba Zeus su entrada majestuosa a la reunión, y acercándose a
Euterpe, le preguntó: -Tú…. Que eres la más seria de tus hermanas, o eso
creo.., qué solución puedes ver en este asunto?-
Pensativa, y suntuosa en sus pausas, agregó Euterpe, con su opulento
verbo: - Sugiero un NACIMIENTO –
- NACIMIENTO!!!! – exclamaron todos al unísono, entre burlas y murmuraciones,
se decían unos a otros: - A esta sí que le dio un golpe fuerte la locura, no
hay remedio, nos jod...., vayan cantando todos sus plegarias!!! -
- Sí…, NACIMIENTO!! - agregaba con convicción Euterpe:
- Hemos de enviar a la tierra un nuevo ser enteramente humano, parida
por mujer, completamente honesta, cuya grandeza consistirá básicamente en su
inocencia y cuya palabra será himno de amor y alegría. La convertiremos en
amiga incondicional de los hombres (aun del más malvado) y en ninguno notará
pecado, pues el pecado será cegado a sus ojos cristalinos, solo le será
permitido realzar la mejor cualidad en cada ser, conquistando sus anhelos más
humanos. Su sonrisa acentuará los sueños y la fe, haciéndose la ‘’musa de la esperanza’’
entre los hombres. De nosotras soplarán a su voz nuestros mejores cantos, al
oído de una nueva raza y en sí misma será poesía!! -
Urania que sacaba sus notas de un bolsillo, marcó el rumbo, señalando
hacia la tierra: - Las estrellas son propicias, han marcado su destino!!! –
Fue entonces, cuando al desesperado gemir de una mujer, a quien la
naturaleza le negaba el anhelo de parir, sostener en su regazo a un hijo…, en
algún lugar de nuestro mundo sin recuerdos, atareado, convulso, complicado, le
fue cumplido un deseo, sobre su vientre infecundo, otorgaron los dioses la
semilla noble y antes de nacer aquella niña, tenía un nombre:
- ESPERANZA! ©Sol Lora
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